Nada qué agradecer


Ayer falleció el exdictador Alberto Fujimori, quien ejerció el terrorismo de Estado y fue sentenciado (entre otros) por asesinato, secuestro y tortura. Fujimori falleció el mismo día que otro conocido terrorista, Abimael Guzmán, quien fue autor intelectual de una serie de crímenes de lesa humanidad. Como se ve, las coincidencias -de fecha y delito- deberían llevarnos a reflexionar hasta dónde estamos dispuestos a tolerar el fuego contra fuego.

Los fujimoristas, sin embargo, han conseguido que se les dé 3 días de luto nacional para festejar a su chino, como si de un héroe patrio se tratase. Afanosamente intentan borrar de la memoria colectiva las matanzas de Barrios Altos y la Cantuta. Es más: le agradecen a Fujimori y sugieren que TODOS tenemos que dejar "el odio" y reconocer su legado. Qué ironía. Son los fujimoristas los que deberían agradecerle al país, al Estado que le confirió a su jefe lo que él no fue capaz con sus enemigos: un proceso justo, una prisión digna e incluso un indulto humanitario.

Quien no sabe nada de economía dirá que Fujimori "fue el artífice de la estabilidad monetaria del país". En realidad, la hazaña fue producto del Consenso de Washington, dictamen del FMI que fue acatado en varios países de la región, empezando por Chile. Quien no sabe nada de seguridad pública dirá que Fujimori "derrotó al terrorismo". En realidad, Fujimori desarticuló el sistema de inteligencia que persiguió y capturó a Abimael Guzmán (el GEIN) y lo convirtió en su peor remedo: el infame SIN, donde Montesinos compraba conciencias con enormes fajos de billetes. Quien no sabe nada de orden social dirá que Fujimori "ordenó el país". En realidad, Fujimori fue promotor de las esterilizaciones forzadas, de los diarios chicha, de la proliferación de asentamientos humanos y de las universidades de cartón. En resumen, quien no sabe nada de la vida (o es groseramente negacionista), dirá que Fujimori fue "el mejor presidente del Perú".

Es crucial en estos momentos no renunciar a la tarea de defender la dignidad. Estos tres días "de duelo", deben ser, en realidad, tres días de rechazo a todo intento de legitimar el terrorismo de estado, de blanquear las cuentas con las familias de los desaparecidos, de levantar monumentos a criminales. Es momento de marcar un antes y un después y decir: "¡Fujimori, nunca más!".

Comentarios

  1. Buenos días tío Monitor, sobre la desarticulación del GEIN, ahora entiendo por qué Sendero Luminoso sigue en el Vraem a pesar de que hasta el día de hoy contamos con recursos suficientes para exterminarlos. Ni que los narcoterroristas tuvieran las montañas de Afganistán y entrenamiento de USA como lo tienen los talibanes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí pues, el problema de Perú nunca ha sido el dinero. Nunca.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares