Rex

Cada vez nerfean más al tiranosaurio rex. Antes era el amo del planeta. Ahora, lo han reducido a una enorme gallina. Vamos por partes: A principios del siglo XX los paleontólogos concebían al tiranosaurio como un reptil, algo así como un caimán colosal, capaz de caminar erguido, en dos patas. Mira eso:


Este modelo de tiranosaurio poseía un cuerpo acorazado con escamas, impenetrable. Era sumamente ágil, capaz de alcanzar a un velociraptor si se descuidaba. Era una bestia. Sin embargo, la concepción cambió un poco en la década de 1980, gracias a nuevos hallazgos científicos. Allí es donde encontramos la representación de Steven Spielberg en Jurassic Park.


El tiranosaurio rex seguía haciéndole honor a su nombre, seguía siendo un "rey tirano". Pero aparecieron algunas diferencias: se descartó que caminara erguido, que fuera un animal veloz (como mucho, se dedujo que correría a 18Km/h, según Wikipedia) y, se empezó a sospechar, que arrastraba la cola al andar. Sin embargo, igual lo veías y te hacía cagar para adentro. En cambio ahora...

Modelo de Tyrannosaurus rex basado en los últimos hallazgos (RJPalmerArt).

Ahora los científicos discuten que quizá no era el único "rey" del jurásico. Que quizá ese título estaba en disputa con el espinosaurio. El tiranosaurio, a su vez, no sería tan "tirano", pues se sospecha que no era capaz de cazar sino en manada. Además, lo más decepcionante es que no poseería esa famosa armadura de escamas sino que, en realidad, su cuerpo estaría cubierto por plumas. Por último, esos dientes tan intimidantes que vimos en las películas, ni siquiera se podrían ver a simple vista, pues estarían ocultos por gruesos labios. No jodan.

Otra representación artística.

Dejo claro que estoy siendo irónico. Es obvio que la verdad debe estar por encima de todo. Sin embargo, y dado que los dinosaurios suelen ser personajes importantes en la infancia de uno, hay sentimientos encontrados. Es como que te dijeran de pronto que Superman nunca fue tan fuerte o que no podía volar mucho porque se cansaba. En fin, supongo que no es culpa de la ciencia que los niños nos encariñemos con los animalejos. La ciencia tiene que seguir con su chamba, duela a quien le duela.

Scientia est potentia

Comentarios

Entradas populares