Black Pope

Al principio no le tenía mucho cariño al Papa Francisco, pero debo admitir que acabó por ser un gran líder. Afirmar esto, sin embargo, es controversial hoy en día. Las nuevas generaciones son demasiado conservadoras, no por amor al chancho sino a los chicharrones. No es que los jóvenes de ahora son más católicos, más espirituales. Sólo están reaccionando a lo que se daba: el progresismo. 

Pienso que esta reacción parte de la inseguridad. Occidente -católico y romano- observa que otras potencias emergen en oriente y medio oriente y dice: hay que regresar al pasado porque allí está nuestra identidad, hay que apostar por lo que nos hace únicos, rechazar la diversidad y no sé qué otro argumento de Mein Kampf. En fin... esa es la época que nos tocó vivir y, así como nos dieron la libertad a nosotros, hay que darle libertad a los jóvenes para que, a pesar de las advertencias, toquen la llama y comprueben que el fuego quema.

Mientras tanto, apuesto de antemano que el sucesor de Francisco será un ultraconservador y la gente lo amará. De hecho, hará una exagerada revaloración del legado de Benedicto XVI. Dirán: fue un "adelantado a su época", quizá un revolucionario. Así, este nuevo Papa (probable Opus Dei) se asomará por el balcón de la basílica de San Pedro y anunciará frente a una ferviente multitud: ¡Misas en latín obligatorio! ¡Mujeres con velo en las iglesias! ¡La homosexualidad es una enfermedad! ¡La tierra es plana! Desde luego será ovacionado.