Me gusta discutir

Me gusta discutir. Discutir no es lo mismo que pelear. Discutir viene del latín “Discutĕre”, que significa disipar, resolver o aclarar. Por eso es que, cuando discuto, lo hago pensando en resolver mis dudas a través de la dialéctica; comparo lo que sé con lo que mi interlocutor sabe. Me gusta tanto hacerlo que puedo llevarle el hilo a varias personas a la vez. Sin embargo, lo que en principio debería ser agradable, a veces genera un efecto contrario: la gente cree que caigo en la necedad, con lo que el debate, si no es abandonado, se toma como algo personal. Cuando ocurría esto yo me enfadaba. No entendía qué razón había de llevar las cosas a ese extremo. Sin embargo, luego me di cuenta de que, en las discusiones, es muy provechoso redundar en tu buena disposición para mantenerlo. Frases como: “lo digo en buena onda”, “no es nada personal”, “solo quiero saber tu opinión”. Me ayudan mucho a bajar la temperatura y terminar la conversación en buenos términos. Al final la gente entiende. Se comparten más ideas y no hay necesidad de cancelar a nadie.