Crisol abre sus puertas en Piura

Que conste en los anales. Uno: a las 12:20 p.m. del 15 de diciembre de 2007 la conocida cadena de librerías Crisol abrió sus puertas en Piura con una sucursal en el segundo piso de Plaza del Sol. Inmediatamente, el poeta Luis Gil ingresó a local convirtiéndose en el primer piurano de a pie en pisar la librería. Dos: a las 12:22 p.m., su servidor, luego de terminarse un helado Lamborgini presentación "Glacitas" en pote, entró al mismo recinto, siendo el curioso número cinco en entrar y, su respectiva enamorada, la número seis. Tres: a las 12:30 p.m. Luis Gil, luego de conversar con un sujeto desconocido, se acercó a la caja con un libro que, al cancelarlo, le otorgó el honor de ser el primer cliente de la librería. Cuatro: el contenido del libro es un misterio, ya que el comprador lo retiró inmediatamente del lugar en una bolsa plástica que impedía a la concurrencia averiguar el nombre y la procedencia del material. Cinco: en opinión del curioso número cinco y la curiosa número seis (que sólo se limitó a ver agendas) la librería era una buena noticia para los amantes de las letras. Sin embargo, el local daba para más, dijeron: "en el Real Plaza de Chiclayo, Zeta Bookstore mantiene una librería de las mismas dimensiones, donde se exhibe casi el doble de los libros expuestos en el nuevo Crisol de Piura". Seis: el 19 de diciembre (una semana después del mismo evento realizado en Trujillo) Crisol se inauguró oficialmente. Siete: el curioso número cinco apareció por ahí. Lo recibió una anfitriona simpática que mucho no tenía que ver con los libros, pero tampoco quienes cortaron la cinta: un cura figureti y un administrativo limeño y un chupo de gente que probablemente le interese poco la literatura. Ocho: el curioso número cinco no se animó a entrar aquella vez.