Érase un libro llamado galleta

06/08/2007

No hay más secretos: el jueves 23 de agosto será la presentación de mi libro de cuentos “Galletitas de Limón” (vaya nombrecito que me mandé a poner). El evento se realizará en la Alianza Francesa de Piura a las 7:30 p.m. En fin, “Galletitas de limón” contiene seis cuentos, de los cuales dos ya publiqué en el boletín Magenta: “¡Ajj!” y “Sobre personas buenas”. Estos estarán acompañados por los relatos: “Cábalas”, “Mijail carranza, periodista”, “El chalet” y el macro relato “Los bandos de rojo”.

Precisamente éste último es el que me da más orgullo.

Galletitas de limón (Pluma Libre, 2007)

17/08/2007

Pronto invadiré la ciudad con estos multicolores carteles. ¿No me creen? esperen nomás. Por lo pronto véanlos. Se convertirán en su peor pesadilla. Ja.


En fin: ¿a qué viene todo esto? A publicitar la presentación de mi libro. Será el jueves 23 (día de mi Quiz de inglés) a las 7:30 p.m. en la Alianza Francesa de Piura. La entrada es libre, y las ventas son indiscriminadas: a cinco soles la galleta.

Los espero.

22/08/2007

Empapelando Piura, avenida Grau

Cumplí mi amenaza. No contento con dejar carteles en la Universidad de Piura, en la Universidad Nacional de Piura y en la Universidad César Vallejo; repartí galletas por todas las librerías, pegoteé casi todos los postes de la avenida Grau, la Sánchez Cerro y la Arequipa. También invadí las inmediaciones de mi Universidad, Saga y alguna que otra letrina para que la gente lea mi anuncio mientras orina. Ni mi casa se salvó. Caray, si no va gente mañana a la presentación de mi libro o me odian o no les interesa la literatura. Pronto también invadiré sus e-mails. Cuídense del spam galletero.

26/08/2007

Presentación del libro Galletitas de limón. Todo salió perfecto. Lleno total. ¡Gracias a todos! Posteo las imágenes:

Galleteros: Yoni, en primer plano, bajo la atenta mirada del poeta Luis Gil y un trozo de Eduardo Valdivia.

Firmando libros

Con Claudia y Angel

Lleno total

05/09/2007

Escritor-Vendedor

En una empresa pequeña de reducido personal, comúnmente un operario asume múltiples obligaciones. En una heladería, por ejemplo, el administrador puede ser a la vez cajero, dispensador, encargado de aseo y hasta publicista. Quiéralo o no, la empresa literaria es una industria pequeña en Piura. Por ello, no podemos pensar en departamentos, sino en un puñado de personas que hacen lo que les corresponde a muchas otras. ¡Y cuánto más si se trata de una Editorial naciente! Entonces, el escritor tiene que hacer las de quico y caco para convertirse en vendedor y llevar su obra al mayor número posible de personas con un cierto margen de ganancias.


De esa manera, yo mismo me he visto convertido en un Escritor-Vendedor. Y, lejos del disgusto que me pudiera causar, me he propuesto convertirme en uno maldito. Así pues, al margen de las críticas (si acaso “Galletitas de limón” es o no el peor libro de la serie Nueva Biblioteca Piurana), quiero que mi obra sea la mejor vendida de la colección.

Ahora bien, debo precisar: no hago esto por la fama, dado que es poco lo que podría hacer como escritor de provincia; ni tampoco por el dinero, puesto que si alcanzo a vender todo, mis ingresos no alcanzarían siquiera para recuperar mi inversión. Lo hago para probar que soy un buen comunicador y, a la vez, un buen escritor, dado que el marketing no tiene validez si el producto no es siquiera aceptable.

De ese modo, parece que hasta ahora mi determinación está surtiendo efecto, ya que en la primera semana de circulación, “Galletitas de limón” agotó la mitad de tiraje. Y ahora, luego de la posterior quincena, la estoy viendo negra porque me están faltando ejemplares para cubrir la demanda. Pronto se acabará toda la edición y no ha pasado ni un mes. Tengo que considerar si hacer una reimpresión; o quizá no, quizá solo me limite a vender tarjetas para celular; cualquier cosa. ¡Dios!, siento que puedo vender el mundo.

10/09/2007

A menos de un mes de la presentación ya he recibido varias críticas a mi nuevo libro. Algunas de ellas han sido bienintencionadas, como la de Ricardo Musse; otras han sido más tajantes, como la de Julio Carmona. Víctor H. Palacios, prefirió ser evasivo y casi no se manifestó sobre mi obra a pesar de ser mi prologuista y publicar un bonito artículo sobre mí en el semanario de El Tiempo. Teresa Menor, de Chiclayo, por el contrario, fue más profunda e hizo un análisis intensivo en el que se dio el lujo de retitular mis cuentos. Por ello, creo que aquél es el comentario que más he disfrutado. Esto, claro está, lo digo sin pasar por alto el de mi amigo Eduardo Valdivia, que hizo una crítica audaz, tras leerse todo el libro, en la madrugada misma del estreno.

Yo, por mi parte, aún no ando plenamente convencido de las bondades de Galletitas de Limón. Por el contrario, estoy seguro de que por ahí deben andar rondando algunos comentarios poco favorables que pronto verán la luz. Sin embargo, por el momento daré carta abierta para el que quiera criticar mi libro. Sólo basta hacer un comentario a este post.

Nota del editor de este blog (o sea yo): Esta entrada es una combinación de 6 post originalmente publicados en elverduguillo.blosgpot.com. La fecha de la presente entrada corresponde al día de la presentación del libro.

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