Lima y la paradoja de Braess

Lima la horrible cada vez más horrible.

La voluntad expresa de Lima es ser y seguir siendo una sociedad de tránsito. Cada nueva obra es un rechazo a toda esperanza de cambio. Las áreas comunes, los parques, las alamedas, los lugares para hacer ejercicio, parecen estar sobrevalorados. En consecuencia, cada cual vive encerrado en su casa, con la única ilusión de pasearse por su Mall de barrio; aquel placebo social donde se es cliente antes que ciudadano.

La gestión de cada alcalde se resume en la repetición de una vieja fórmula: solucionar el problema del tráfico construyendo más pistas, en un perfecto (y caro) ejemplo de la paradoja de Braess: Lima no solo se hace una ciudad cada vez más fea, sino que la fluidez de las vías no mejora. ¿Algún día entenderemos que el problema no se soluciona dando más espacio para autos, sino desalentando a la gente a usar, comprar o renovar su auto? ¿Y qué hay de los medios alternativos? Está bien, yo sé que la gente no camina ni le gusta la bicicleta pero... con lo que se despilfarra en asfalto hace tiempo se podría haber construido todo el sistema de metro. 

Veo que en Nueva york, se plantea reformar la quinta avenida para dar más prioridad al peatón. Se reducirán pistas, se aumentarán las áreas verdes, buscando un espacio más limpio, seguro y también más estético. En general todos los países desarrollados van por el mismo camino. Perú, para variar, va en sentido opuesto.

Así luciría la Quinta Avenida en NYC.

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